INSTITUTO MÉXICO PRIMARIA
  • Ciudad de México, CDMX, México

Institución que pertenece a la Red Educativa Marista.

El Carácter Propio dado por la Institución Titular, los Hermanos Maristas, define con claridad la identidad de nuestro Instituto como: un Centro Educativo  católico que ofrece a la sociedad para promover la formación integral de sus alumnos y alumnas según el estilo de san Marcelino Champagnat.
Esto implica educar de acuerdo con una concepción cristiana de la persona, de la vida y del mundo.


La escuela marista se define como un lugar de aprendizaje, de vida y de evangelización en el que los alumnos(as)  aprenden progresivamente a armonizar fe, cultura y vida. Nuestro Colegio pretende formar «buenos cristianos y virtuosos ciudadanos», en expresión del propio Marcelino Champagnat.
Como escuela católica de tradición marista, adopta el principio de educar a los niños y jóvenes a la manera de María, la Madre de Jesús. Presentamos a María como modelo de educadores y educandos en su predilección por la sencillez, el trabajo y la vida de familia.
Optamos por un modelo de educación integral que abarca todos los ámbitos de la vida personal, familiar, social y profesional y todas las dimensiones de la persona. La educación en el sentido de la trascendencia ocupa un lugar destacado en esta propuesta de educación integral: que tenga en cuenta todas las dimensiones de la persona: conocimientos, destrezas, desarrollo físico, desarrollo afectivo-emocional, aceptación de unos valores esenciales... y que abarque los distintos ámbitos de la vida humana: el personal, el familiar, el social, el profesional y el medioambiental.
Desarrollar una educación en valores que ayude a nuestros alumnos a ser felices, a realizarse plenamente como personas y a implicarse en la transformación y mejora de la sociedad.
Despertar en ellos una visión cristiana y creyente de la vida y del mundo.
Conseguir que sean protagonistas de su propio proceso de enseñanza-aprendizaje, empleando una metodología activa, participativa y colaborativa procurando que se impliquen en dicho proceso.
Ayudarles a crecer y madurar como personas, potenciando las capacidades de cada uno y acompañando su desarrollo desde una atención personalizada y una presencia cercana de los educadores.